A finales del siglo pasado, se encargó a un selecto grupo de asesores, un estudio de las diferentes opciones de cultivo de la finca, determinándose que la mejor era el olivar, tanto por la calidad agrícola de los terrenos, como por la orografía y la climatología de ”El Torreón”.
Se tuvo en cuenta la preexistencia de olivos centenarios cornicabra, eligiendose las parcelas mas adecuadas, permitiendo el cultivo y la recolección de los olivos en las mejores condiciones.
Al existir muy pocos olivares próximos, nuestro olivar queda prácticamente aislado de las plagas habituales en este cultivo, lo que garantiza calidades no habituales en la zona.
Se escogió la variedad arbequina por ser la mas apreciada en el mercado. No es habitual esta opción por la zona, lo que hace más especial su combinación con la cornicabra.
Conviene destacar el adelanto en la maduración de esta variedad respecto a las demás, lo que facilita una nula exposición a las heladas y la mayor disponibiidad de mano de obra especializada.
Los olivos centenarios de los que dispone la finca, se han complementado con una plantación más joven.
La recolección simultanea con la arbequina, supone un adelanto temporal respecto a la época de recolección, lo que asegura un cuidadoso tratamiento de este tipo de fruto.
En la configuración del olivar, hay que destacar la orografía y la continuidad de las parcelas, lo que ha facilitado, por una parte el diseño del regadío, y por otro las labores agrícolas, bien sean de mantenimiento o la propia recolección.